3 PICOS DE ESTRÉS

LOS 3 PICOS DE ESTRÉS DE UN INQUILINO

 

Todos los que fuimos o somos inquilinos podemos confirmar que la mudanza tiene picos de estrés bien marcados, desde el momento en que tomas la decisión de mudarte, cuando buscas que al menos cumpla ciertos requisitos como la ubicación, el tamaño o el precio! o incluso las horas previas a firmar y ni hablar del pleno proceso de mudanza. 

En Argentina hay más de 7 millones de inquilinos, hoy decidimos catalogar los 3 puntos de estrés que muchos atravesamos para agruparlos en 3 preguntas existenciales

 

1- ¿Dónde voy a vivir?

El dónde es fundamental y nos implica un montón de esfuerzo mental y físico. Horas buscarlo en internet. Con oferta limitada y alta demanda, los inmuebles disponibles se agotan rápidamente. La incertidumbre encabeza el primer pico de estrés en el proceso de una mudanza y es troncal a toda la experiencia.

  • En nuestra experiencia como inquilinos y como personas que asesoramos a inquilinos te podemos decir que siempre hay un espacio que te está esperando. Paciencia y constancia para buscar son el mejor consejo que podemos darte.

Tip de búsqueda: En los portales de propiedades ordena los resultados por los más recientes y así tendrás más chances de encontrar propiedades en las que podrás ser de los primeros en visitarla.

 

2- ¿Cómo lo voy a pagar?

El estrés económico. Toda la movida representa muchos gastos: mes por adelantado, depósito, el flete, el peón extra, las cajas o recipientes de guardado, a veces pintura o arreglos que requiera el nuevo hogar. Y no nos olvidemos que además de todo eso se necesita presentar una garantía, si es propietaria hay que trasladar familiares, verificar los antecedentes del inmueble y certificar firmas por escribano, y si es un seguro de caución, quizás es más simple, pero también tiene su costo.

  • Sabemos que es un gran esfuerzo, proyectá todos los gastos y anticipate a los imprevistos, asi no habrá sorpresas.

 

3- ¿Puedo con todo?

Finalmente una vez que ya se consiguió el lugar indicado y que resolvimos como pagarlo, nos encontramos con el último punto del triángulo, el estrés físico. El inquilino tiene que empezar a gestionar la mudanza, conseguir flete, controlar la mudanza, acomodar, limpiar, vender lo que hace tiempo no se usa, dejar en condiciones el inmueble que se deja, ordenar las muebles en el nuevo espacio, encontrar las cosas que no encuentra y adueñarse del nuevo hogar. 

  • Siempre es bueno pedir ayuda, los imprevistos pueden sorprender y dos o tres pares de brazos pueden más que uno! 🙂

 

En nuestra compañía la mayoría somos inquilinos, creemos en la empatía como valor de trabajo y por eso escuchamos y entendemos las ansiedades y miedos de cada inquilino que nos llama. Por otro lado, la otra parte del equipo es propietaria! por lo que también pudimos trabajar en equipo y juntos decidir cuál era la mejor cobertura para el asegurado (el propietario) con un precio que creemos que es más accesible que el resto y una forma de solicitarlo más simple para los inquilinos.